Algunos procesos culinarios se basan en
añadir sobre el alimento alguna sustancia que cambie las
condiciones químicas del medio.
El caso más frecuente es cuando se añaden
ácidos débiles, vinagre o limón, para desnaturalizar algunas
proteínas componentes. De este modo se hace más tierno, pero
además se crean unas condiciones adversas para el crecimiento de
microorganismos, por lo que también se puede considerar una
técnica de conservación.
Los casos más frecuentes son:
ESCABECHAR Y ENCURTIR
En otras técnicas culinarias, la finalidad
principal es aportar al alimento sustancias sápidas. Para ello se
sumerge en un líquido en el que previamente se han disuelto
especias o hierbas aromáticas.
ADOBAR, MACERAR Y MARINAR
También existen técnicas cuya finalidad
principal es conservar los alimentos, pero al hacerlo también se
modifican las características gastronómicas.
COCCIÓN
CON AZÚCAR, CONSERVACIÓN EN ALCOHOL, SALAZÓN Y AHUMADO
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