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Ciencia con buen gusto: EL LIBRO

Los profesores del seminario son coautores de un libro en el que se desarrollan aspectos teóricos y prácticos de Ciencia de la cocina

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EL ALMÍBAR DE SACAROSA

   

En este tipo de preparación se calienta el azúcar previamente disuelto en agua para obtener una mezcla azucarada de concentración variable. Posteriormente se deja enfriar obteniéndose un producto que puede variar desde casi totalmente líquido (almíbar) hasta completamente vítreo, como en los caramelos duros.

Estas variaciones de comportamiento físico y aspecto en el producto final se consiguen  calentando la mezcla hasta una temperatura concreta para ajustar el porcentaje de agua.

 

EL ALMÍBAR Y LAS PASTAS DE CARAMELO

EL ALMÍBAR Y LAS PASTAS DE CARAMELO

FACTORES QUE INFLUYEN EN LAS CARACTERÍSTICAS DEL ALMIBAR
 
 

Relación entre la temperatura de cocción y el producto obtenido

 

Cada temperatura condiciona una proporción concreta de microcristales de azúcar que se formaran al enfriarse y agua que permanece entre ellos. La relación azúcar agua determina que el producto final sea líquido, viscoso o incluso un sólido vítreo y amorfo (cuando las moléculas de azúcar no se ordenan de modo alguno, es decir, no cristalizan) con un contenido residual de agua muy bajo o nulo.

En este último caso, cuando el calentamiento de la mezcla hace que la proporción de agua sea muy baja, la temperatura puede elevarse hasta que se comienza a producir la caramelización, que se tratará en el apartado siguiente.

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Proporción de azúcar y agua

Aunque se puede obtener almíbar partiendo únicamente de sacarosa pura y agua, normalmente se añaden al proceso unas gotas de vinagre (ácido acético) o zumo de limón (con ácido cítrico) para acidificarlo. Así se favorecen las reacciones de caramelización y se logra que parte de la sacarosa se rompa en glucosa y fructosa.

También es frecuente añadir desde el principio cierta cantidad de estos otros tipos de azúcar, sobre todo si se desea obtener un producto transparente con el azúcar formando cristales microscópicos, ya que la presencia de dos azúcares diferentes en la mezcla, dificulta la cristalización y si se forman cristales mayores y bien visibles, vuelven opaco el producto resultante y le dan una textura terrosa.

En diferentes recetas de cocina se recomiendan muy diversas proporciones de agua y azúcar, desde el 30% hasta 4%. Aunque los resultados pueden variar en detalles organolépticos, muy importantes para el sabor final, los mecanismos implicados son básicamente los mismos ya que la temperatura a la que comienza la ebullición del almíbar es función exclusivamente de la concentración de azúcar.

Si en la mezcla inicial la cantidad de azúcar es superior a la solubilidad, aparece inicialmente una fase sólida en forma de azúcar sin disolver que da al almíbar aspecto turbio. Según aumenta la temperatura, se incrementa la solubilidad del azúcar, que se va disolviendo hasta desaparecer la fase sólida y el producto queda transparente. A partir de ese punto el agua se pierde por evaporación en mayor medida que el azúcar, de modo que a cada temperatura alcanzada le corresponde una concentración de agua determinada e independiente de la inicial.

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Variaciones de la concentración de azúcar en la cocción

Para un almíbar de sacarosa pura, aproximadamente a los 150°C queda únicamente un 5% de azúcar y comienza la caramelización en la periferia del recipiente, apareciendo allí una coloración amarillo pálida. A los 160°C ha desaparecido el agua completamente y comienzan a darse las reacciones de caramelización de modo intenso; el tono amarillo pálido se extiende a todo el producto e inmediatamente comienza un rápido pardeado que lo oscurece. Como ya se ha indicado, la caramelización es más rápida en medio ácido, de modo que las temperatura exactas a las que aparecen estos procesos puede variar en función del pH. Si se permite el calentamiento hasta los 175°C comienza la carbonización, apareciendo residuos de olor acre y desagradable (agarrado, caramelo quemado) y fuerte desprendimiento de dióxido de carbono. Sobre los 190°C la carbonización es completa y el azúcar ha quedado convertido en una masa negruzca que solidifica al enfriarse.

La relación concentración/temperatura es teóricamente constante, pero diversas mediciones exerimentales arrojan resultados ligeramente diferentes, muy probablemente debidas a diferencias en la presión atmosférica. En la siguiente tabla se recogen algunos datos publicados en distintos sitios web.

 

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Según Roger Bollecker chefsimon.com

Según Science of Cooking exploratorium.com

Según basesdelacuisine.com

TEMPERATURA

(°C)

CONCENTRACIÓN (%AZÚCAR)

TEMPERATURA

(°C)

CONCENTRACIÓN (%AZÚCAR)

TEMPERATURA

(°C)

CONCENTRACIÓN (%AZÚCAR)

105°C

60%

 

 

105°C

75%

107,5°C

78%

 

 

107°C

80%

110°C

82%

110 -113°C

80%

110°C

85%

115°C

88%

114 -116°C

85 %

115-117°C

95%

120°C

87%

118 -120°C

90%

120°C

97,5%

125°C

92%

121-130°C

92%

125-130°C

98,5%

135°C

95%

132 -143°C

95%

135-140°C

99,5%

 

 

145 -155°C

99%

145-150°C

100%

 

 

160 -170°C

100% (se da  caramelización)

 

 

 

 

>175°C

100% (comienza la carbonización)

 

 

 

Las diferentes relaciones agua/azúcar obtenidas desde los 100°C a los 150°C condicionan el aspecto y el comportamiento físico finales del producto que se elabora cuando se enfríe a temperatura ambiente.

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Factores que determinan el aspecto final

a) El grado de cristalización-vitrificación.
 

Influye en la opacidad del producto y en su textura. Cuando el resultado es vítreo o con microcristales muy pequeños, presenta un aspecto transparente; sin embargo la presencia de cristales mayores de sacarosa provoca un aspecto opaco y una textura terrosa.

  • El aspecto fundamental en la formación de cristales es la cantidad de agua, que como ya se ha indicado es función de la temperatura que alcanzó el almíbar en su elaboración. Cuanto más cantidad de agua permanezca mayor será la cristalización, pero el producto enfriado permanece más viscoso; en cambio, en productos con una proporción de agua inferior al 95% se obtiene una estructura vítrea y dura.

  • Si se desea obtener productos maleables, con una cantidad de agua elativamente alta, pero transparentes, se debe evitar la formación de cristales grandes. Para ello se añade otro azúcar a la mezcla, frecuentemente glucosa o fructosa, lo que dificulta la cristalización al formarse cristales mixtos de sustancias con distinto punto de solidificación.

  • Es importante evitar que el almíbar se agite durante el calentamiento y el enfriamiento posterior, ya que removerlo favorece la formación de grandes cristales de modo significativo. Cuando ha alcanzado una temperatura inferior a los 27-25°C, ya se puede trabajar sin peligro de que cristalize. Si por el contrario, la receta que se sigue hace necesario que aparezcan grandes cristales, si se debera agitar.

 
b) La viscosidad.

Está determinada por la proporción de agua que permanece en el producto final en función de la temperatura alcanzada. Desde los 100˚C a los que se obtiene un almíbar prácticamente líquido, hasta los 150˚C en los que el almíbar queda sin agua y proporciona un sólido vítreo y duro, se pueden obtener resultados de muy variada viscosidad, que reciben nombres técnicos recogidos en la tabla que se presenta a continuación.

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NOMBRE

D

%AGUA

ASPECTO

ASPECTO/USO

Capa (Nappe)

105

1,2964

75%

Líquido

El almíbar, translúcido, entra en ebullición.

Si se sumerge en él una espumadera, se forma una capa en su superficie.

Hilado pequeño

107

1,3199

 

80%

Líquido

El jarabe enfriado se adhiere entre los dedos formando un filamento de unos 2 mm muy fino y frágil.

Uso: pasta de almendras.

Hilado grande o hebra

 

110

 

1,3574

 

85%

Líquido

El jarabe enfriado se adhiere entre los dedos formando un filamento de unos 5 mm. Vertiendo unas gotas en agua fría forma hebras que no forman bolas.

Es el estado denominado “almíbar de azúcar”.

Uso: Sirope para helados. Confitado de frutas, elaboración de licor, escarchado.

 

Perlado pequeño

 

 

 

 

Líquido.

Aparecen grandes burbujas en la superficie del almíbar.

Si se recoge con una cucharilla, forma entre los dedos un hilo ancho y sólido que se quiebra.

Uso: Pirulís y turrón. Jaleas, mermeladas, jarabes geliformes

Perlado grande o soufflé

(soplado)

 

 

 

Líquido.

Soplando sobre la espumadera impregnada en el almíbar se forman grandes burbujas, sólidas, que recuerdan a las perlas.

El hilo que se forma entre los dedos se estira al separarlos.

Uso: glaseado de castañas y cerezas caramelizadas. Caramelos de azúcar candé.

Bola pequeña o  blanda

 

115-117

 

1,344

 

95%

Líquido espeso.

El almíbar comienza a espesar. Vertiendo unas gotas en agua fría forma una bola blanda muy maleable y flexible que se aplana al dejarla en reposo

Uso: bombones rellenos de caramelo (fondant) y frutas escarchadas. Fudges, fondants y pralines Pastillas de goma,

Bola grande o  firme

125-130

 

1,368

 

97,5%

Líquido espeso.

Vertiendo unas gotas en agua fría forma una bola mayor y mas dura que no se aplana al sacarla del agua pero sigue siendo maleable y se aplana al apretarla

Uso: caramelos blandos, turrón y decoración con azúcar.

Cristalizado fino o Bola dura

135-140

 

 

99,5%

Viscoso. Ya no se puede medir con el densímetro

Una gota de jarabe vertida sobre agua fría se endurece rápidamente, pero se pega a los dientes al masticarla.

El jarabe forma hilos delgados y sogueados al gotear desde la cuchara. En agua se forma una bola dura que no se aplana, pero se puede cambiar su forma aplastándola.

Uso: Nougat, marshmallow, rock candy

Bolas duras en agua fría.

Uso: Dulces almendrados, marshmallow, tofes blandos.

Fractura blanda

 

 

 

 

Sólido maleable.

 

Las burbujas que se forman en la superficie se hacen menores, más duras y más juntas.

El jarabe vertido sobre agua fría solidifica en fibras flexibles, no quebradizas, que se curvan ligeramente antes de romperse.

Uso: Saltwater Taffy y butterscotch.

Capa dura rasgada en agua fría.

Uso: Tofes, dulces sin granulación.

Cristalizado grueso  o fractura dura

 

145-150

 

 

100%

Sólido rígido.

Una gota de jarabe vertida sobra agua fría se hace dura y quebradiza. No se pega en los dientes al masticarla. Aún son incoloras.

Comienza a amarillear en los bordes del recipiente.

Uso: Bombones de azúcar ¿para rellenar o macizos?, berlingots, Chupa-Chups, caramelos duros, algodón de azúcar y decoraciones en azúcar hilado.

El jarabe vertido sobre agua fría solidifica en fibras  no flexibles y quebradizas, que se rompen al curvarlas.

Uso: toffees y lollipops.

Vidrio duro amarillento.

Uso: Tofes duros.

Caramelo claro

 

155-165

 

 

Vidrio.

El jarabe no contiene agua prácticamente pero sigue líquido y toma color ambarino pálido debido al comienzo de las reacciones de caramelización.

Uso: Caramelos, guirlache y frutas escarchadas. Azúcar de cebada, mantequilla escocesa, dulces hervidos, frutas escarchadas, cristales de caramelo.

Caramelo oscuro

 

170-180

 

 

Vidrio.

Se transforma en múltiples derivados

El azúcar toma color marrón claro y pardea rápidamente debido a la intensa caramelización que origina nuevas moléculas que contribuyen a su color y enriquecen su flavor pero perdiendo su característico dulzor.

Uso: Azúcar hilado, tofes de manzana, caramelo duro.azúcar caramelizado para decorar postres; nueces caramelizadas.aromas y colorantes. Salsas.

Carbonización.

(Azúcar quemado)

190

 

 

Sólido negruzco.

El producto ya no contiene azúcares.

En un primer momento el azúcar ennegrece y desprende un humo acre. Posteriormente se quema y adquiere un sabor amargo.

Elaboración propia combinando datos de la bibliografía y experimentales

 
c) La capacidad de formar hilos o fibras.
 

Durante el enfriamiento de un almíbar calentado hasta el punto de caramelo, se pueden obtener largas fibras, especialmente a temperaturas cercanas a los 90˚C.

 

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© Carmen Cambón, Marisol Martín y Eduardo Rodríguez. Seminario "Ciencia con buen gusto"

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