Si se desea obtener caramelo
líquido, es necesario alcanzar la temperatura de caramelización, superior
a los 150˚C, añadir agua templada posteriormente y calentar de nuevo para
conseguir que el caramelo adquiera la fluidez deseada. La temperatura que
se debe alcanzar en este segundo calentamiento depende de que viscosidad
se desee obtener; Puede ser aconsejable una temperatura de unos 112˚C que
permite lograr una viscosidad semejante a la de la miel. Este proceso se
puede realizar partiendo sacarosa pura fundida, pero utilizando almíbar
sin demasiada agua es más fácil controlar el calentamiento uniforme de
todo el azúcar. |
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