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CONCEPTO DE ESPUMA |
En el seno de un líquido puro no se puede
formar un espuma ya que la misma tensión superficial que mantiene unidas
las moléculas y es responsable del propio estado líquido es demasiado
elevada y tiende a expulsar las burbujas gaseosas que se formen. Es
imprescindible que actúe algún mecanismo que impida a las burbujas
deshacerse, bien migrando a la superficie y liberando el gas al medio o
bien solubilizándose el gas en la matriz.
Cuando la matriz es fluida, para que la
estructura de las burbujas sea estable es necesario que la superficie de
contacto gas-líquido sea ocupada por una sustancia, denominada surfactante,
que reduzca la tensión superficial; la espuma es pues, básicamente, un
fenómeno de interfaz. El surfactante debe ser una molécula de solubilidad
mixta que sea capaz de asociarse con el líquido por algunas de sus partes
y con el gas por otras. De este modo adsorbe sobre la superficie de
contacto y reduce de manera muy notable la tensión superficial. Esta
propiedad del surfactante se llama tensioactividad y estabiliza el
contacto entre matriz líquida e interior gaseoso permitiendo la
persistencia de las burbujas.
Además se puede reducir la pérdida de
burbujas aumentando la viscosidad de la matriz para impedir que fluyan
hacia la superficie. En este caso, la matriz fluida debe contener solutos
que aumenten su viscosidad apareciendo sistemas complejos con una matriz
constituida por una emulsión o un gel. Como ya se ha comentado, el caso
extremo de este modo de retener el gas es solidificar la matriz.
Resumiendo estos conceptos, se puede
concluir que una espuma es una dispersión de burbujas de gas en una matriz
continua, líquida o sólida, estabilizada por la acción de un surfactante o
por la viscosidad de la matriz. |
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Componentes de
una espuma.
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La
matriz
El gas
El
surfactante
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En una espuma se pueden
distinguir tres partes: la matriz contínua que engloba las burbujas, el
gas que ocupa las mismas y el surfactante o mecanismo de interfaz que las
estabiliza.
Existe una gama muy amplia
de espumas naturales y artificiales con diferentes tipos de matrices
líquidas y de gases y con usos muy variados que van desde aislantes
térmicos hasta materiales de extinción de incendios; |
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Aunque en otros tipos de
espumas pueden aparecer como matriz diversos líquidos, en las espumas
alimentarias la matriz es siempre de naturaleza acuosa pero normalmente
lleva incorporados una amplia variedad de solutos o sustancias dispersas,
desde proteínas y almidón a grasa emulsionada. La matriz es una mezcla
compleja por si misma lo que modifica sus propiedades, especialmente su
viscosidad. |
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El gas contenido en las burbujas puede ser de diferentes tipos e
incorporarse de diversas formas.
El caso
más sencillo es el simple batido físico que permite incorporar aire. Es
además el más común.
El CO2
aparece en las espumas obtenidas por mezclas gasificantes, en las
obtenidas por fermentación de azúcares y en las se ha incorporado
artificialmente a altas presiones. En los dos primeros casos el CO2
se forma mediante reacción química a partir de sustancias no gaseosas
presentes en el líquido como solutos. Cuando se incorpora una mezcla
gasificante el problema reside en retardar la reacción que libera el gas
hasta el momento deseado; se puede añadir uno de los reactivos en el
momento preciso, mantenerlos separados con algún tipo de encapsulamiento,
mantener condiciones de temperatura o pH poco propicias a la reacción. En
las de fermentación se recurre a reacciones bioquímicas con intervención
de seres vivos, que solamente entrarán en actividad al cabo de cierto
tiempo y en condiciones adecuadas a su desarrollo; este es el caso de las
masas subidas por fermentación de azúcares con levaduras y el de las
bebidas gasificadas de forma natural como los cavas y demás vinos
espumosos. Por último en el caso de bebidas gasificadas artificialmente el
gas se incorpora disolviéndolo en el líquido a presiones elevadas que
condicionan una gran solubilidad. La presión se mantiene mientras el
contenedor permanezca cerrado, pero al abrirlo o al dejar salir parte de
su contenido, la brusca caída de presión hace que sobrepase su solubilidad
y se libere.
Recientemente se está utilizando como gas en algunos casos el N2
o el NO2. Estos gases tienen la ventaja de ser bastante
apolares y por lo tanto poco miscibles con la matriz acuosa, lo que reduce
sensiblemente la pérdida de gas a través de la membrana que limita las
burbujas. Se utiliza N2 en algunas cervezas embotelladas
incorporándolo a alta presión. En los sifones de espumas el gas
incorporado suele ser NO2 que se introduce a través de una
válvula en el sifón herméticamente cerrado y se dispersa después por
agitación
En las
masas horneadas, gran parte del gas puede ser vapor de agua producido por
calentamiento de la matriz acuosa de la masa; evidentemente este no es un
gas que proporcione estabilidad en la espuma ya que, por debajo de los
100°C vuelve a pasar a líquido; este fenómeno esta en la base de las
espectaculares subidas y no menos espectaculares colapsos de algunos
productos como bizcochos y souffles. Existen métodos, que se tratarán más
adelante, para evitar o al menos disminuir, el indeseado colapso. |
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El
papel de surfactante, de un modo o de otro suele corresponder a las
proteínas que, bien por su estructura original o bien tras ser
desnaturalizadas, presentan zonas polares e hidrófilas y otras apolares e
hidrófobas. Esto comprende una gama amplísima de proteínas, desde las
gelatinas obtenidas al desnaturalizar colágeno hasta las ovoglobulinas y
ovotransferrinas de la clara de huevo, pasando por las proteínas del suero
de leche o las que aparecen en la cerveza o los cavas.
Aunque
prácticamente siempre las proteínas hacen el papel de surfactante inicial,
en muchos casos no tienen capacidad de mantener la espuma estable durante
mucho tiempo por si solas y otra sustancia se adsorbe a las burbujas
reforzando su pared; es el caso de los glóbulos de grasa que forman redes
por coalescencia en la nata montada o de el almidón gelificado que
refuerza e impermeabiliza las burbujas de la masa de pan. En este último
caso la retención inicial de burbujas se debe más a la alta viscosidad de
la matriz que a la presencia de un surfactante propiamente dicho. |
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Carmen Cambón, Marisol Martín y Eduardo Rodríguez. Seminario "Ciencia
con buen gusto"
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Sebastián de los Reyes. 28707 Madrid.
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