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Ciencia con buen gusto: EL LIBRO

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¿Por qué es útil la espuma en cocina?

Puede parecer sorprendente que la espuma, con un ingrediente totalmente desprovisto de sabor y de valor nutricional como el gas, pueda tener un papel importante en cocina. Sin embargo, las peculiares propiedades físico-químicas de las espumas las convierten en elementos de alto interés gastronómico.

 
 

ESPUMAS GASTRONÓMICAS

ESPUMAS GASTRONÓMICAS

Entre estas propiedades se pueden destacar las siguientes:

   
Baja densidad.
   

Como ejemplo basta destacar que al batir clara de huevo su volumen se cuadriplica por incorporación de aire lo que supone una reducción proporcional de la densidad. Se utilizan en cocina una gran variedad de mezclas complejas que físicamente son suspensiones, emulsiones o geles y que tienden a ser excesivamente densas y nutritivas. Si estas preparaciones se espuman, se hacen ligeras y se favorece su digestión sin que se pierda nada de su sabor. Purés vegetales, mousses dulces o las espumas de gelatina pueden ser buenos ejemplos de esta aplicación.

   
Elevada viscosidad.
   

Una de las propiedades más sorprendentes de una mezcla de líquido y gas, como es la espuma, es que se comporte casi como un sólido. La viscosidad de las soluciones de base acuosa se explica por la interacción con las moléculas de agua o entre ellas mismas de las moléculas de soluto o de las partículas dispersas en el agua (microgotitas, pequeñas partículas sólidas o macromoléculas). En el caso de la espuma la causa es más bien geométrica: las burbujas tienden a mantener la mínima superficie posible y cuando entran en contacto se acoplan constituyendo una red de caras planas. Cualquier flujo supone una reordenación de burbujas y un aumento de la superficie de contacto aunque sea temporal. Este fenómeno es el que dificulta el flujo. Como consecuencia, cuanto más delgadas sean la películas de matriz que separan las burbujas y cuanto más pequeñas sean estas más viscosa es la espuma.

Está demostrado que la percepción de sabores de los alimentos se relaciona estrechamente con la textura que ofrecen en boca. La elevada viscosidad de la espuma permite esa sensación de ligera y deliciosa cremosidad que tienen la nata montada, la espuma del café expreso o la cabeza de una cerveza bien tirada. Además la presentación del plato también es importante; introduciendo la espuma en una manga pastelera se consiguen ligeras y apetecibles decoraciones.

 
Baja resistencia mecánica.
   

En cocina es frecuente calentar masas para solidificarlas. El almidón presente en las masas de pan, de tartas, de bizcochos o de magdalenas al alcanzarse los 60°C se gelifica y los granos de almidón se desorganizan liberando moléculas de amilopecina y absorbiendo agua. Al enfriarse la masa horneada casi todo el agua presente ha desaparecido, evaporada o adsorbida al almidón, y las molécula de amilopectina se reorganizan formando una red que traba el conjunto. El resultado puede ser bastante resistente. Recuérdese que el almidón se utilizaba para almidonar o piénsese en lo duro que puede quedar el engrudo al secarse. Si estas masas no se espuman debidamente antes de hornearlas pueden resultar incomestibles, pero si han quedado reducidas a las finas láminas de separación entre las burbujas de la esponja el resultado es tierno y fácilmente masticable.

 

Retención de sustancias sápidas.
   

El flavor de los alimentos es una sensación compleja. No solamente cuentan las sustancias hidrosolubles que se incorporan a la saliva y llegan hasta las papilas gustativas. Al romperse el alimento en la cavidad bucal son liberadas multitud de moléculas volátiles y generalmente liposolubles que llegan hasta la pituitaria olfativa a través de las coanas y que son responsables de multitud de matices. Recuérdese el gusto apagado que parecen tener los alimentos cuando se tiene la nariz bloqueada por un enfriamiento. Estas moléculas, por ser poco solubles en agua y bastante volatiles tienden a escapar del guiso extendiendo un sugerente aroma por la cocina: si bien huele, mejor sabrá. En las espumas, muchas de estas moléculas quedan atrapadas en el gas de las burbujas y se liberan en el momento adecuado, cuando la espuma se introduce en la boca. Mejor están ahí que en la campana extractora.

   
Baja conductividad térmica.
   

Como material de construcción o de embalaje es frecuente utilizar espumas sólidas por su gran capacidad aislante. Retienen el calor de una habitación en invierno o impiden que entre en ella en verano; evitan que se enfríen alimentos calientes o que se calienten los congelados. Esta propiedad se puede utilizar para preparar platos sorprendentes como el Baked Alaska, una bola de helado envuelta en merengue caliente. En un contexto más habitual, la capa de espuma de leche hace que un capuchino tarde más en enfriarse que un café con leche normal o que una cerveza servida en jarra de barro tarde más en calentarse si la cabeza de espuma está bien desarrollada.

   
Baja estabilidad de las espumas de bebidas carbónicas.
   

En el cava, en la cerveza y en los refrescos carbonatados aparecen espumas bastante inestables que se basan en el CO2. Estas espumas contribuyen de manera notable a desarrollar el chispeante tacto en boca y la sensación gustativa de este tipo de bebidas. Piénsese en al enorme diferencia que hay entre una copa de cava recién descorchado y el pobre líquido que queda cuando ha perdido todo su gas.

   
Capilaridad de las esponjas.
   

 Cuando se solidifica la matriz de la espuma y las burbujas se intercomunican, la espuma se ha transformado en una esponja. La esponja mantiene todas las propiedades de una espuma con la única diferencia de que ahora no es viscosa sino que simplemente no fluye. Pero además ha adquirido otra propiedad; las cavidades están intercomunicadas y pueden absorber y retener líquidos por capilaridad. ¿Qué placer es comparable al de mojar tiernos bollos en café con leche o en chocolate a la taza? ¿quién no ha sentido oleadas de placer al comer una torrija bien empapada en leche con canela?

 

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© Carmen Cambón, Marisol Martín y Eduardo Rodríguez. Seminario "Ciencia con buen gusto"

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